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Continúa sin aparecer Posada Carriles
mientras Cuba espera atenta
Por Germán Reyes
Tegucigalpa, 31 ago (EFE).- La búsqueda
del anticastrista Luis Posada Carriles en Honduras
continúa, mientras el Gobierno de Cuba
se mantiene "atento" y sin hacer comentarios
al respecto.
"Estamos atentos al desarrollo de los acontecimientos",
se limitó a decir a EFE una fuente de la
embajada de Cuba en Tegucigalpa.
La misma fuente evitó comentar las versiones
extraoficiales en el sentido de que La Habana
estaría analizando la posibilidad de romper
relaciones diplomáticas con Tegucigalpa.
La ruptura podría darse si dentro de un
tiempo prudencial no aparece Posada Carriles.
El septuagenario cubano ingresó de manera
ilegal el pasado jueves a San Pedro Sula, norte
de Honduras, según fuentes oficiales.
El presidente hondureño, Ricardo Maduro,
dijo ayer, lunes, que de estar Posada Carriles
en Honduras "será tratado como un
delincuente" y "deportado" porque
su estancia en el país es "ilegal",
ya que entró con pasaporte y nombres falsos,
junto con otros tres anticastristas.
Los otros tres son Guillermo Novo, Pedro Remón
y Gaspar Jiménez, quienes el mismo jueves
viajaron a Miami (EEUU).
La Policía hondureña y la Dirección
de Migración iniciaron el pasado jueves
una operación de búsqueda de Posada
Carriles, quien con Novo, Remón y Jiménez,
fueron indultados un día antes por la presidenta
de Panamá, Mireya Moscoso.
Los cuatro cumplían una condena de siete
y ocho años, tras su captura en Panamá
en noviembre de 2000, después de que el
presidente de Cuba, Fidel Castro, denunciara que
Posada Carrilles intentaba asesinarle durante
la X Cumbre Iberoamericana que se celebró
en la capital panameña.
Para Posada Carriles, Honduras no es un país
extraño, ya que ha vivido allí y
ha tenido entre sus amigos al empresario cubano-estadounidense
Rafael Nodarse, quien reside en San Pedro Sula.
Una fuente oficial hondureña, que solicitó
el anonimato, dijo a EFE que Nodarse habría
sido el "conocido empresario" que le
ayudó a Posada Carriles a llegar a San
Pedro Sula.
La misma fuente dijo que ese extremo "no
se ha podido confirmar", y que se investiga
a varias personas que podrían haber facilitado
la entrada del anticastrista.
En aquellos años, según trascendió
entonces, Posada Carriles tenía una novia
hondureña identificada como Waleska López,
quien ahora reside en Canadá.
Además, Posada Carriles, quien utilizaba
al menos tres pasaportes, viajaba a Nicaragua
por otros asuntos familiares y presuntos contactos
con los "contras", que financiados por
EEUU intentaron derrocar al régimen sandinista.
En febrero de 1996, el entonces presidente del
Comité para la Defensa de los Derechos
Humanos en Honduras (CODEH), Ramón Custodio,
denunció que Posada Carriles, alias "Basilio",
participó en varios atentados perpetrados
en este país en 1995 a través de
operaciones encubiertas de un grupo paramilitar
hondureño.
Custodio dijo entonces que Posada Carriles era
uno de los extranjeros que dirigía el Movimiento
de Solidaridad por Centroamérica (MOSCA),
que perpetró atentados con bombas, que
no causaron víctimas, en Tegucigalpa y
en San Pedro Sula, el 7 de marzo de 1995.
"MOSCA" se dedicaba, entre otras acciones,
a difundir comunicados, repartir octavillas y
pagar anuncios en los medios de comunicación
para condenar la política hacia las Fuerzas
Armadas, del Gobierno que entre 1994 y 1998 presidió
Carlos Roberto Reina.
En septiembre de 1997, el diario "El Nuevo
Herald", de Miami, aseguró que entre
1994 y 1996, un grupo de militares hondureños
y exiliados cubanos ejecutó varios atentados
en Honduras, dos de ellos fallidos contra Reina,
con la idea de desestabilizar su Gobierno.
El primer atentado contra Reina se produjo en
enero de 1995, en San Pedro Sula, mientras que
el segundo fue contra su residencia privada en
Tegucigalpa, en marzo de 1996.
Según la versión de prensa, los
cabecillas de los atentados en Honduras fueron
los cubanos Posada Carriles y Mario Dellamico,
y el entonces inspector general de las Fuerzas
Armadas hondureñas, coronel Guillermo Pinel,
quien negó las acusaciones.
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